Nuevo Diario
De Santiago del Estero
23 de Noviembre de 2003
Por Antonio Cruz
La tarde de Concepción, ciudad sureña de Chile, dobla su último recodo en
busca de la noche. El sol, que ha brillado a pleno todo el día, se resiste a
marcharse y el viento que sopla desde el Pacífico anticipa el frío de la noche.
Es primavera, pero una primavera distinta a la que estamos acostumbrados los
santiagueños. Aquí no hay chañares o tuscas florecidas ni áureas callozisas
iluminando el paisaje con su agreste belleza, Tampoco calores agobiantes; la
temperatura se acerca mas a aquellos días benévolos de nuestro invierno.
Sin embargo hay calidez en el ambiente. Al abrigo del bar (que me recuerda de
manera nítida los bares de mi época de estudiante en Córdoba), entre las tazas
de café y el humo de los cigarrillos, la charla se prolonga.
En compañía de Alejandra Carvajal, mujer delicada y fascinante, converso con
los escritores Alejandra Ziebrecht y Jaime Riveros. El tema por supuesto
es la palabra. O más precisamente la palabra escrita. Nada se deja de lado,
Poesía, narrativa, novela, en fin… todo lo que tiene que ver con la literatura
y, como es lógico imaginar, no está ausente el análisis de esta actividad que
hemos abrazado con tanto entusiasmo.
Ziebrecht, poeta exquisita perteneciente a la nueva
generación de escritores trasandinos y Riveros, novelista que mereciera
críticas elogiosas en su país y en España, no pueden esconder la pasión por la
escritura.
Las horas se escurren de manera rápida, hasta que
llegamos al meollo de la cuestión…¿Por qué, en países que están tan cerca y que
arrastran una identidad cultural parecida, los escritores de uno y otro lado
son tan poco conocidos?.
Algún tiempo atrás, en ocasión de comentar para
este suplemento la poesía de Elaine Pauvolid, poeta brasileña de renombre,
llamaba la atención acerca de la poca difusión que tiene la literatura de
países hermanos en nuestro medio.
Es cierto que la crisis económica que ha azotado a
nuestro país en los últimos años impide muchas veces a los lectores
santiagueños acceder a obras de literatos de tras latitudes. También es un
aserto verdadero que generalmente el gran público, cuando puede acceder a
libros, prefiere gastar su escaso dinero en aquellos poetas o escritores
de renombre en desmedro de los menos conocidos (ocurre muy a menudo con los
escritores locales que editan sus libros con gran esfuerzo y al final de
cuentas, la mayoría de los ejemplares terminan por envejecer en manos de sus
propios creadores sin que hayan podido venderse demasiado). Por ello no resulta
extraña nuestra ignorancia acerca de la calidad y cantidad de obras producidas
en otras latitudes.
A raíz del encuentro que describía en la primera
parte de esta nota he tenido la oportunidad de leer, en las últimas semanas, la
obra de los autores que mencioné al principio. He quedado gratamente
sorprendido por la riqueza estética de lo que ha caído en mis manos.
Para ser más convincente podría decir por
ejemplo que Alejandra Ziebrecht profesora, poeta, escritora, crítica, ha
publicado a ambos lados de los andes y que ha recibido siempre críticas
halagüeñas; también podría remarcar que ha obtenido numerosos premios
literarios y que a realizado fecundas tareas relacionadas con su profesión
(entre ellas el haber brindado asesoramiento en materia cultural al consulado
Argentino en Concepción, haber fundado y dirigido varias publicaciones
literarias, como por ejemplo “perromuerto”, y en haber colaborado en otras como
“Pluma y Pincel”).
O si quisiera describir a Jaime Riveros, podría
señalar que este abogado y escritor de andar pausado, sonrisa siempre a flor de
labios y ademanes sosegados es el actual Presidente del Sindicato de escritores
de Chile para la VIII Región.
Sin embargo prefiero hablar de la obra de ambos.
He leído dos libros de Ziebrecht: “Nochedumbre” y
“El juego del Condenado”.
La poesía de Alejandra es fuerte, .profunda,
intuitiva… hasta diría descarnada. Es esa poesía que mantiene el alma desvelada
y el corazón en vilo mientras uno transita por sus versos.
Refiriéndose a “Nochdumbre” , el escritor argentino
Julio Bepré , ha dicho que “La poesía de Alejandra es directa y dueña de una
infrecuente y madura dramaticidad”.
No soy crítico literario… soy apenas un tipo que
desde hace pocos años Ha descubierto el camino de la palabra escrita, pero como
simple lector y sin desperdiciar un ápice de lo que dicen aquellos que saben
más que yo, quiero referirme a las emociones que despierta la poesía de
Ziebrecht. Mientras uno recorre cada poema y se adentra en ese mundo en
que la realidad se ve desplazada por esa otra realidad, la del poeta, siente
que, si hay alguien que puede poner un poco de luz en estos tiempos tan
controvertidos, son precisamente aquellos capaces de refundar, a través de sus
escritos, el reino de las emociones. La poesía de Ziebrecht es por momentos un
estallido brevísimo de palabras y otros un transitar pausado y sereno hacia un
final que siempre termina sorprendiendo. Por momentos expresa sus sentimientos
con la vehemencia militante de aquel que tiene mucho y bueno para decir y lo
dice con voz estentórea; un instante mas tarde deja fluir un verso con la
tranquila mansedumbre del artesano.
En un país que carga a sus espaldas un rica
tradición poética (no debemos olvidarnos de Gabriela Mistral, Jorge Teillier,
Vicente Huidobro, Pablo de Roka y del mismísimo Ricardo Neftalí Reyes Basoalto,
quien en vida fuera conocido como Pablo Neruda), digo en un país con una
historia gloriosa en el campo de las letras, la poesía de Ziebrecht esta
llamada a ocupar un lugar relevante.
RIVEROS
Por su parte Riveros, autor de una novela que es
una “joyita” (como decimos los santiagueños) llamada “La Espera (Adiós a todo
eso)”, ha logrado con la misma el reconocimiento de la crítica especializada no
solamente en su tierra sino también en círculos literarios de España.
J. Collyer, de los “Cuadernos Hispanoamericanos” de
Madrid ha dicho de él, que es un narrador de primera línea Y Antonio Rojas
Gómez, de “Las Ultimas noticias”, diario de vasta circulación en Chile, lo
cataloga como uno de los narradores chilenos más importantes de los últimos
años. A su vez, Ignacio Valente, del prestigioso e influyente periódico chileno
El Mercurio se ha referido a la novela de Riveros en términos más que
elogiosos.
Es cierto que muchos santiagueños no podrán acceder
a estas obras. Ya lo dije en párrafos anteriores…
Para los santiagueños, la literatura es una
mercancía de primera necesidad por nuestro acervo cultural pero de tan difícil
acceso que termina transformada en algo casi inaccesible, pero me parece
interesante hablar sobre lo que se escribe y se lee en otras latitudes.
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